La peligrosidad del recuerdo.

Sinceramente, pienso que hay que ser muy valiente a la hora de recordar y por supuesto no me refiero a recordar qué tienes que comprar en el súper o qué cotilleo le tenias que contar a tu amiga. 

Me refiero a los recuerdos... Aquellos de los que basamos nuestra existencia y que nos marcan de una forma u otra con sus momentos llenos de aciertos y errores que no son capaces de ser ya borrados. Además, ciertamente, me parecen algo muy peligroso en la mayor parte de las veces. 

Confieso que prefiero mirar hacia adelante y ver o imaginar ese "bonito" futuro que nos queda por llegar. Mirar atrás es algo que no todo el mundo se puede mentalmente permitir. Es un abismo en el que todo el mundo no es capaz de salir. ¿Qué pasa cuándo miras atrás y ves todo lo que has perdido en comparación con aquello que has ganado? Las comparaciones son siempre inevitables...

Porque también te digo, por mucho que quieras ver sólo aquello de lo que te has librado y que te ha causado tantas satisfacciones, también vas a ver todo aquello que pusiste tener y no tienes o que pudiste decir y no dijiste. Ambas están en el mismo lineal, una al lado de la otra, no se puede ver lo que se ha ganado sin ver todo lo que primero se ha perdido. Ahora eso sí, distinto sea que esa persona valore más lo que ha ganado que lo que ha perdido, claro. Pero cuando miras atrás, miras atrás para todo. Si estás dando un paseo o te diriges a cualquier sitio y miras atrás, lo verás todo y no una parte de la calle nada más...

Personal y sinceramente, muchas veces intento no echar la vista atrás por que pienso y siento que he perdido mucho. Y ojo, que lo malo de perder no es perder en sí, es no haber aprendido de lo que has perdido. Sin ir más lejos, yo recuerdo una etapa de mi vida en la que cuando me di cuenta había perdido 5 años de mi vida y me pareció un poco descorazonador por que había perdido una de las cosas más valiosas que una persona puede tener y puede decicar en la vida; el tiempo.

Pero es que encima te das cuenta que no has aprendido por qué de alguna forma cuándo miras atrás dices... Estoy igual, pero representado de distinta manera en mi presente. Distinto escenario, distinta actitud, de otra forma, pero haciendo lo mismo. O sintiendo que haces lo mismo, claro. Antes estaba retenido sin saber qué lo estaba por un motivo y ahora lo estoy por otro. No es fácil echar la vista atrás, no. Yo reconozco que hay que ser muy fuerte para echar la vista atrás y que yo no tengo esa fortaleza en muchos casos. A mi me gusta asomarme un poco, en plan para coger impulso. Pero no para quedarte ahí mirando. Hay veces que no tienes esa fuerza y no pasa nada, bastante es lidiar con el día a día y lo que este nos trae como para encima tener que soportar con el peso de tu recuerdo en mis espaldas...


Joaquín Cruz Romero.

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